ORACIONES BÁSICAS DEL BUEN CRISTIANO
"Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu
aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará." Mt. 6,6
Según el texto Mateo 6,6; orar es entrar en contacto con
Dios, es decirle a Dios: Aquí estoy Señor haz de mi lo que quieras, dar
gracias, alabarlo, bendecirlo, y pedirle su ayuda y protección divina.
LA SEÑAL DE LA CRUZ
Persignarnos: Por la señal + de la
Santa Cruz, de nuestros + enemigos líbranos Señor, + Dios nuestro.
Signarnos: En el nombre del
Padre, y del + Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
EL PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la
tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no
nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
EL AVE
MARÍA
Dios te salve, María, llena eres de gracia;
el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el
fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por
nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
EL
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
EL CREDO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único
de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza
del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por
nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en
tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no
tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
YO CONFIESO (Acto Penitencial)
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante
vosotros hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran
culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos
y a vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.
ACTO DE
CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad
infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de
haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del
infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más
pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
LA SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida y dulzura y esperanza nuestra: Dios te salve. A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito
de tu vientre.
¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
Virgen María!
V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
INVOCACIÓN
AL ESPÍRITU SANTO
Ven oh Santo Espíritu, llena los corazones de
tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y serán
creados y renovarás la faz de la tierra.
Oración
Oh Dios que has instruido los corazones de
los fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos según el mismo Espíritu
conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén
El Padrenuestro está formado por un saludo y
siete peticiones.
Saludo
PADRE
NUESTRO QUE ESTÁS EN E L CIELO. Con esta pequeña frase nos ponemos en
presencia de Dios para adorarle, amarle y bendecirle.
¡PADRE! : Al decirle Padre,
nosotros nos reconocemos como hijos suyos y tenemos el deseo y el compromiso de
portarnos como hijos de Dios, tratar de parecernos a Él. Confiamos en Dios
porque es nuestro Padre.
PADRE
“NUESTRO”:
Al decir Padre Nuestro reconocemos todas las promesas de amor de Dios hacia
nosotros. Dios ha querido ser nuestro Padre y Él es un Padre bueno, fiel y que
nos ama muchísimo. “Padre Nuestro” porque es mío, de Jesús y de todos los
cristianos.
“QUE
ESTÁS EN EL CIELO”: El cielo no es un lugar sino una manera de estar. Dios
está en los corazones que confían y creen en Él. Dios puede habitar en nosotros
si se lo permitimos. Dios no está fuera del mundo, sino que su presencia abarca
más allá de todo lo que podemos ver y tocar.
Peticiones
del Padrenuestro
1. SANTIFICADO
SEA TU NOMBRE: Con esto decimos que Dios sea alabado, santificado en cada
nación, en cada hombre. Depende de nuestra vida y de nuestra oración que su
nombre sea santificado o no. Pedimos que sea santificado por nosotros que
estamos en Él, pero también por los otros a los que todavía no les llega la
gracia de Dios. Expresamos a Dios nuestro deseo de que todos los hombres lo
conozcan y le estén agradecidos por su amor.
Expresamos nuestro deseo de que el nombre de
Dios sea pronunciado por todos los hombres de una manera santa, para bendecirlo
y no para blasfemar contra él. Nos comprometemos a bendecir el nombre de Dios
con nuestra propia vida.
2. VENGA
A NOSOTROS TU REINO: Al hablar del Reino de Dios, nos referimos a hacerlo
presente en nuestra vida de todos los días, a tener a Cristo en nosotros para
darlo a los demás y así hacer crecer su Reino; y también nos referimos a que
esperamos a que Cristo regrese y sea la venida final del Reino de Dios.
Cristo vino a la Tierra por primera vez como
hombre y nació humildemente en un establo. En el fin del mundo, cuando llegue la
Resurrección de los muertos y el juicio final, Cristo volverá a venir a la
Tierra, pero esta vez como Rey y desde ese momento reinará para siempre sobre
todos los hombres. Se trata de ayudar en la Evangelización y conversión de
todos los hombres. Hacer apostolado para que todos los hombres lo conozcan, lo
amen.
Pedimos el crecimiento del Reino de Dios en
nuestras vidas, el retorno de Cristo y la venida final su Reino.
3. HÁGASE
TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO: La voluntad de Dios, lo que
quiere Dios para nosotros es nuestra salvación, es que lleguemos a estar con
Él.
Le pedimos que nuestra voluntad se una a la
suya para que en nuestra vida tratemos de salvar a los hombres. Que en la
tierra el error sea desterrado, que reine la verdad, que el vicio sea destruido
y que florezcan las virtudes.
4. DANOS
HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA: Al decir “danos” nos estamos dirigiendo a
nuestro Padre con toda la confianza con la que se dirige un hijo a un padre.
Al decir “nuestro pan” nos referimos tanto al
pan de comida para satisfacer nuestras necesidades materiales como al pan del
alma para satisfacer nuestras necesidades espirituales. En el mundo hay hambre
de estos dos tipos, por lo que nosotros podemos ayudar a nuestros hermanos
necesitados.
5. PERDONA
NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN.
PERDONA
NUESTRAS OFENSAS:
Los hombres pecamos y nos alejamos de Dios, por eso necesitamos pedirle perdón
cuando lo ofendemos. Para poder recibir el amor de Dios necesitamos un corazón
limpio y puro, no un corazón duro que no perdone los demás.
COMO
TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN: Este perdón debe
nacer del fondo del corazón. Para esto necesitamos de la ayuda del Espíritu
Santo y recordar que el amor es más fuerte que el pecado.
6. NO
NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN
El pecado es el fruto de consentir la
tentación, de decir sí a las invitaciones que nos hace el demonio para obrar
mal. Le pedimos que no nos deje tomar el camino que conduce hacia el pecado,
hacia el mal. El Espíritu Santo nos ayuda a decir no a la tentación. Hay que
orar mucho para no caer en tentación.
7. Y
LÍBRANOS DEL MAL
El mal es Satanás, el ángel rebelde. La
pedimos a Dios que nos guarde de las astucias del demonio. Pedimos por los
males presentes, pasados y futuros. Pedimos estar en paz y en gracia para la
venida de Cristo.
AMÉN: Así sea.
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