sábado, 4 de junio de 2016

MI VIDA DE FE

MI VIDA DE FE

Encuentro 7
Fecha: 5 de junio de 2016
Objetivo: A la luz de la Palabra examinar mi fe y hacer una opción por Dios quien me fortalece.

Lectio Divina: hebreos 11, 1-3



La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver.
Esto mismo es lo que recordamos en nuestros antepasados.
Por la fe creemos que las etapas de la creación fueron dispuestas por la palabra de Dios y entendemos que el mundo visible tiene su origen en lo que no se palpa.

¿Qué dice el texto? Pues la fe es la certeza de lo que se espera, bajo la convicción de lo que no se ve.
¿Qué me dice el texto? Que debo esperar en Dios mi Salvador, confiar en Él, así no le haya visto.
¿Qué le digo a Dios? Señor Jesús, gracias por crear un mundo maravilloso para mí, gracias por sembrar esperanza en mi vida futura, gracias por abrir un espacio glorioso  a la derecha de Dios Padre, en donde tendré la eternidad por los siglos de los siglos, amén.
¿Qué camino me invita a tomar? A trabajar por alcanzar la fe plena, la esperanza firme y la convicción real de un nuevo amanecer lleno de paz y justicia, para mí y para los demás.

Lee el siguiente texto, y analiza el hecho de que creer y confiar, van de la mano.


Cuentan que un alpinista se preparó durante varios años para conquistar el Aconcagua. Su desesperación por proeza era tal que, conociendo todos los riesgos, inició su travesía sin compañeros, en busca de la gloria sólo para él.

Empezó a subir y el día fue avanzando, se fue haciendo tarde y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo para llegar a la cima ese mismo día. Pronto oscureció. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña y ya no se podía ver absolutamente nada.

Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a unos cien metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires.

Caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y tenía la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo...y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos los gratos y no tan gratos momentos de su vida, pensaba que iba a morir, pero de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos...

Como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.
En esos momentos de quietud, suspendido por los aires sin ver absolutamente nada en medio de la terrible oscuridad, no le quedó más que gritar: "¡Ayúdame Dios mío, ayúdame Dios mío!".

De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
"¿Qué quieres que haga?"

Él respondió: "Sálvame, Dios mío".

Dios le preguntó: "¿Realmente crees que yo te puedo salvar?"

"Por supuesto, Dios mío", respondió.

"Entonces, corta la cuerda que te sostiene", dijo Dios.

Siguió un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y se puso a pensar sobre la propuesta de Dios...
Al día siguiente, el equipo de rescate que llegó en su búsqueda, lo encontró muerto, congelado, agarrado con fuerza, con las dos manos a la cuerda, colgado a sólo DOS METROS DEL SUELO...

El alpinista no fue capaz de cortar la cuerda y simplemente, confiar en Dios.


Reflexionemos:

¿Qué es la fe?
Creencia y esperanza personal en la existencia de un ser superior (Dios) que generalmente implica el seguimiento de un conjunto de principios religiosos, de normas de comportamiento social e individual y una determinada actitud vital, puesto que la persona considera esa creencia como un aspecto importante o esencial de la vida.
¿Por qué la fe me conduce a Dios?
Porque la fe es un don que proviene de Dios, y me comunica la Buena Nueva, en donde Jesús me dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí…” Juan 14, 6.  Por eso, la fe nos conduce hacia Dios, y nos une más íntimamente a Él.
¿Qué aspectos de mi vida personal me permiten afirmar que creo en Dios?
Muchos aspectos de mi vida espiritual, e inclusive material me permiten afirmar que creo en Dios, el Señor me ha dado todo lo que le he pedido, un hogar maravilloso, una vivienda cómoda, una esposa especial, un hijo amoroso, un trabajo digno, sabiduría, paciencia, comprensión, y muchas cosas más, que me invitan a creer en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¿Qué dioses nos presenta el mundo de hoy?
El  mundo actual nos muestra muchos dioses: el dinero, el juego, la tecnología, la drogadicción, la pornografía, el poder, la guerra… son complementos del hombre del hoy, y los cuales los consideran dioses, ya que idolatran y persiguen constantemente, como si fuera la solución de la problemática de la vida humana.

Leo el texto Génesis 12, 1-5
Yahvé dijo a Abram: «Deja tu país, a los de tu raza y a la familia de tu padre, y anda a la tierra que yo te mostraré.
Haré de ti una gran nación y te bendeciré; voy a engrandecer tu nombre, y tú serás una bendición.
Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. En ti serán bendecidas todas las razas de la tierra.»
Partió Abram, tal como se lo había dicho Yahvé, y Lot se fue también con él. Abram tenía setenta y cinco años de edad cuando salió de Jarán.
Abram tomó a su esposa Saray y a Lot, hijo de su hermano, con toda la fortuna que había acumulado y el personal que había adquirido en Jarán, y se pusieron en marcha hacia la tierra de Canaán.

¿De qué trata el texto?
 De la promesa de Dios a Abraham, donde lo designa como padre de una gran nación. Dios le dice toma a tu familia y ve a donde te envíe.
¿Qué hizo Abraham ante la propuesta de Dios y por qué es el padre de la fe?
Abraham obedece ciegamente a Dios y emprende su camino hacia la tierra prometida. Por eso es llamado el padre de la fe.
¿A que nos invita Dios hoy a través de este texto?
Dios nos invita a que seamos hombres y mujeres de fe, que creamos en su Palabra y asumamos el camino de salvación como Abraham.
Profundiza de la mano de la Iglesia

Encuentro con el Señor.
1.     Leer y meditar el salmo 8
Salmos, 8
¡Oh Señor, nuestro Dios, qué grande es tu nombre en toda la tierra! Y tu gloria por encima de los cielos.
Hasta bocas de niños y lactantes recuerdan tu poder a tus contrarios y confunden a enemigos y rebeldes.
Al ver tu cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has fijado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él? ¿qué es el hijo de Adán para que cuides de él?
Un poco inferior a un dios lo hiciste, lo coronaste de gloria y esplendor.
Le has hecho que domine las obras de tus manos, tú lo has puesto todo bajo sus pies: ovejas y bueyes por doquier, y también los animales silvestres, aves del cielo y peces del mar, y cuantos surcan las sendas del océano.
¡Oh Señor, Dios nuestro, qué grande es tu Nombre en toda la tierra!

2.     Recita el credo. (Cada catequizando).
3.     Interprete dinámicamente el siguiente cántico:


Compromiso.
1.     La fe se concreta en obras de amor (1 Santiago 2, 14-26) sobre todo a favor de los pobres. Hacer entre todos, una colecta de mercado para ayudar a las familias de escasos recursos de la parroquia.  http://www.bibliacatolica.com.br/es/biblia-latinoamericana/carta-de-santiago/2/

2.     Como expresión de fe, vivir cada domingo la ceremonia eucarística con sus padres.